Llega el nuevo año y con él, la lista de propósitos. Pero 2021 es diferente. 2020 llegó para sacurdirnos, para frenarnos en seco, para darnos cuenta de lo que teníamos y de lo que estábamos dejando atrás sin darnos cuenta.
Con el confinamiento me di cuenta de lo grande que se estaba haciendo Mumbie, y lo pequeñito que se quedó cuando todo el país cerró. Una historia de un despegue fallido. Una autónoma más que se perdía en el mar de la inseguridad, justo cuando cogía carrerilla.
Intenté adaptarme, corriendo, a un mundo que se digitalizaba a zancadas torpes, apurando algo que tenía planeado hacer a lo largo de los meses. No hubo tiempo de espera: abre el ordenador, haz vídeos, sube stories, sube contenido a redes, más calidad, más aún que no llegas, ¿Y el reto del confinamiento dónde está?, colaboraciones, directos. Corre que te pierdes la velocidad de despegue.
Y así, casi sin darme cuenta, en dos meses nació la Escuela Online y el Mumbie Club. En dos meses hice colaboraciones y directos con profesionales del sector que se encontraban tan perdidos como yo. Surfeando una ola gigante sin haber apenas tocado la tabla antes.
Sin darte apenas tiempo a respirar, te sumerges en una espiral de publicaciones diarias, de exposición de tu día a día porque, si no, es que te quedas atrás. El algoritmo te cierra todas las puertas a las que el Covid todavía no había encontrado llave. O publicas cada hora o desapareces.
Demuestra cada día todo lo que sabes, hazte querer por las masas, no digas opiniones controvertidas, no te expongas pero exponte. Llegas tarde para la siguiente publicación.
Estás ahí, te mantienes en la cresta de la ola, aunque hay otras olas mucho más grandes que, aunque han dedicado y gastado muchísimo menos dinero y tiempo que tú a aprender a surfear, están ahí. Más fuertes, más seguras, más elogiadas. Y aunque te esfuerzas, tu ola llega a la orilla y rompe con un leve sonido que pocos oyen.
Y sin darte cuenta, ya llevas 9 meses dándolo todo. Exprimiéndote al máximo y… no. No funciona. Algo dentro de ti te dice que no va bien, que esto no es lo que querías. Mumbie no nació para ser una cuenta de redes sociales. Mumbie es un sueño, un proyecto de vida. Y aunque otros quieran regalar su trabajo, no puedes seguirles el ritmo porque tú tienes facturas que pagar. Y te has gastado muchos miles de euros en formación, no quieres ni puedes regalarlo.
Mumbie no es una cuenta de Instagram, no es un dispensador de información y consejos al aire. Mumbie es una Escuela de Superperros con rigor científico detrás. No todos los perros son iguales, como los robots. No puede ser que un consejo sirva para todos. No. Ya has encontrado lo que no resonaba dentro de ti.
Y respiro. Y me siento en el sofá. Y con un café enfriándose a mi lado escribo esta declaración de principios 2021.
Mumbie existe para ayudar a familias reales, con perros reales y vidas reales. Mumbie no existirá por los likes, los followers ni los compartidos.
Mumbie es un lugar de aprendizaje consciente, un lugar donde desconectar, aprender y relajarte junto a tu perro, tenga el superpoder que tenga, o no será.
Bienvenidos a la vuelta a nuestros principios.